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La parte más difícil de viajar que no se tiene en cuenta
La parte más difícil de viajar es la vuelta, cuando echas terriblemente de menos a todo lo que te has dejado atrás.
Cuando se decide empezar un nuevo viaje la primera sensación que se siente es adrenalina pura y dura.
Cuando llegas a tu destino todo es nuevo a tu alrededor, todo es incontaminado, virgen e inexplorado.
Al principio cuesta adaptarse, siempre se tiene miedo de no conseguir nuevos amigos, de no poder acostumbrarse a la ciudad o a la comida del país. Tener melancolía de casa es totalmente normal, pero dentro de ti sabes que tu vida y tus seres queridos seguirán allí cuando decidas que ha llegado la hora de volver a casa.
In questo articolo
¿Qué pasa cuando se vuelve a casa y hay que enfrentarse a la cotidianidad?
Dar la vuelta al mundo, aprender nuevos idiomas, conocer gente y culturas nuevas y visitar las múltiples maravillas del mundo son todas cosas más que necesarias en la vida de un mochilero.
Pero el viaje antes o después se acaba, y en un abrir y cerrar de ojos te encuentras en la realidad, en la famosa rutina que hasta el mochilero más valiente le tiene miedo.
La rutina da miedo porque un mochilero nunca es feliz de verdad viviendo el mismo día todos los días del año, salvo unas semanas de vacaciones en verano.
Un mochilero para ser feliz necesita aventurarse, necesita conocer gente nueva, confrontarse con otras culturas e intentar entender su punto de vista.
![La parte más difícil de viajar](https://laworldcitizen.com/wp-content/uploads/2019/05/28782859_10215529526895743_6552516362583994733_n-1.jpg)
Aurora Rio Hostel
De cierto modo las personas que viven felices en su cotidianidad dan envidia, porque no es fácil vivir una vida en la que siempre estás buscando algo más, algo nuevo, desconocido, inexplorado.
LA VUELTA A CASA DESPUÉS DEL GRAN VIAJE
Cuando vuelves a casa los primeros días no notas el cambio, porque estás contento de volver a ver a tus seres queridos, de comer bien y de dormir en una cama confortable sin nadie que esté roncando a tu lado.
Pero luego pasa una semana, dos, tres semanas, un mes. El agobio.
Necesitas salir y no saber hacia donde ir porque no conoces la ciudad. Necesitas ser ese extranjero que todo el mundo mira por la calle. Echas de menos compartir habitación con 10 personas que muy probablemente son desconocidos que se convertirán en amigos en poco tiempo.
Me ha pasado haberme sentido sola en mi propia casa, porque efectivamente estaba sola y sabía que al ir a la cocina no me iba a encontrar con 10 personas de 5 nacionalidades diferentes listas para compartir su comida, sus noches y sus recuerdos de las aventuras pasadas.
Lo que es peor en todo esto es que nadie te entiende y que las únicas personas que te entenderían están a miles y miles de kilómetros.
Tus seres queridos te dirán “antes o después tendrás que sentar cabeza” o “vivir en la rutina significa madurar, todo el mundo tiene que hacerlo.”
Yo no estoy de acuerdo con estas afirmaciones. Conozco gente mucho menos madura – que vive en su rutina desde hace años – que alguien que lleva 5 años dando la vuelta al mundo.
En la vida cada uno es libre de elegir, y desafortunadamente la mayoría de la gente no puede entender de que estamos hablando porque nunca lo ha probado en su propia piel.
EL DESEO INCONTROLABLE DE VOLVER A IRSE
Por cuanto una persona pueda querer a su familia, a sus amigos o a su trabajo, ellos no podrán detener a un mochilero. No podrán hacer que su deseo incontrolado de coger la mochila y volver a irse desaparezca de la noche a la mañana.
La parte más difícil de viajar es cuando ellos no entenderán tus elecciones. Pero tu no podrás hacer nada, solo podrás intentar convencerlos de que es lo mejor para ti, porque solo así eres feliz de verdad.
Antes o después lo harás, antes o después volverás a irte porque tu necesidad de conocer a gente que hable tú mismo idioma es demasiado fuerte. Y no me refiero a idiomas como inglés, español o portugués. Me refiero al idioma de quien tiene una constante necesidad de cambiar de aire, de vivir nuevas experiencias y de agrandar su bagaje emocional con recuerdos de aventuras irrepetibles.
Si no quieres acabar así, entonces no empieces a viajar solo. Pero si lo harás quiero que sepas que no hay nada mejor que la sensación de sentirse en casa en cualquier lugar del mundo.
The Comments
Macarena Cáceres Müller
Es una mezcla de sensaciones, libertad, curiosidad, ansiedad, volver a nacer y disfrute de conocimiento y descubrimientos tanto interior como en el resto… vives la espiritualidad en cada lugar y persona … aprendes la empatía y compasión que creías que nunca tendrías con desconocidos que esos días son tu familia… sin duda lucia, para mí , la mejor manera de vivir e invertir el dinero es viajar consciente disfrutando cada detalle utilizando todos los sentidos ..
si te hace felíz .. esfuérzate para que sigas logrando llevar este estilo y filosofía de vida … un beso y abrazo gigante mi querida ??
Lucia
Macarena Cáceres MüllerEstoy completamente de acuerdo con tus palabras 🙂 Tengo muchas ganas de que llegue ya el día de mi viaje a Chile para conocerte en persona :*
Katia
Me encanto tu relato amore ? y es cierto no todos entienden los gustos y deseos del resto ?
Cristina
Que lindo articulo Lucy!!!? felicitaciones!!!
Me gusto ver mi foto del Aurora!!!!hihi?? abrazo enorme desde Australia!!!
Lucia
CristinaGracias Cris 🙂 La mayoria de fotos guapas que tengo de Rio son tuyas ?