Mi experiencia viviendo en una favela: os cuento la otra cara de Rio de Janeiro
Cuando le digo a la gente que vivo varios meses del año en Río de Janeiro, lo primero que me preguntan es: “¿Qué son las favelas de Río de Janeiro? ¿De verdad son tan peligrosas como dicen?”
Me crié en una ciudad en la que en los barrios más pobres es muy común que los niños se conviertan en vigías, asesinos, traficantes o – si hacen carrera – en jefes de la camorra (la mafia napolitana).
He viajado mucho y, a lo largo de los años, la mayoría de la gente cuando les decía de qué ciudad italiana era, me preguntaba si había visto alguna vez un tiroteo o si conocía a un jefe de la mafia.
Estoy tan acostumbrada a que la gente asocie Nápoles con la mafia que ya ni siquiera me importa. Lo mismo me pasa con Río de Janeiro.
Amo Nápoles, es la ciudad donde nací y crecí. Es la ciudad donde viven mi familia y amigos. No puedo decir que amo a Río de Janeiro de la misma manera, pero casi.
Cada vez que le explico a la gente que mi lugar feliz en el mundo es Río de Janeiro, la mayoría me miran como si estuviera totalmente loca: “¿Pero no tienes miedo de vivir en Río?”, “¿Y si te matan?”, “¿Qué son las favelas? ¿De verdad viviste en una de ellas? ¿Estás loca?”
Uno de los mayores problemas de este mundo es el hecho de que la gente juzga sin saber de qué están hablando.
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¿Qué son las favelas? ¿Cómo nacieron?
Para entender lo que son las favelas, hay que saber que nacieron cuando los refugiados y los antiguos soldados que volvían de la sangrienta guerra de Canudos (1895 – 1896) en el estado de Bahía, ocuparon un terreno libre de colinas en la ciudad de Río de Janeiro. Al final de la guerra, el gobierno dejó de pagar a los antiguos soldados que sobrevivieron a la guerra y ni siquiera les dio un hogar donde quedarse a vivir.
La colina en cuestión, llamada Morro da Providência, o sea la primera favela de Río de Janeiro, fue nombrada Morro da Favela por sus primeros habitantes.
A lo largo de los años, la mayor parte de la población pobre, en su mayoría antiguos esclavos liberados en virtud de la Ley de Oro de 1888, se trasladó allí sustituyendo a los refugiados originales y convirtiéndose en el grupo étnico mayoritario.
La favela era un lugar estratégico para vivir para los negros liberados que vivían en el morro, ya que estaba situada cerca de sus lugares de trabajo. Las favelas en la parte sur de Río de Janeiro, de hecho, están situadas en las colinas justo al lado de los edificios más ricos y bellos de la ciudad (Copacabana, Ipanema y Leblon). Así que en ese momento los habitantes de la favela trabajaban para las familias ricas de la zona sur recibiendo muy poco dinero a cambio. Y hoy las cosas no han cambiado mucho.
¿Cómo son las favelas en 2020?
Hoy en día una quinta parte de la población de Río de Janeiro vive en las favelas, y el número crece constantemente. La mayoría de estas personas son almas nobles y puras. Su único gran problema es que son extremadamente pobres, y la pobreza conduce a actos extremos muy a menudo.
¿Qué son las favelas? ¿Qué significa este término?
El término favela se refiere a las viviendas humildes de mala calidad brasileñas construidas a lo largo de los años en la mayoría de las grandes ciudades del país. Algunas de ellas, especialmente las de Río de Janeiro, se han hecho famosas en todo el mundo a lo largo de los años.
La Rocinha, por ejemplo, es conocida por ser la favela más grande del Suramérica.
En cuanto a Santa Marta, en 1996 Michael Jackson decidió filmar allí parte del video de la canción They don’t care about us dirigida por Spike Lee.
En junio de 2010 se construyó una estatua en homenaje al gran artista que había pasado por allí. A partir de ese momento, turistas de todo el mundo acudieron a ver la estatua de Michael Jackson en vivo. Esta estatua fue construida en una de las terrazas de la favela, que hoy es reconocida como uno de los más bellos miradores de la ciudad.
¿Por qué en las favelas hay tanta delincuencia?
El primer censo de las favelas se hizo en 1949, cuando el número de favelados era considerablemente menor que el actual. En ese momento eran alrededor de 300 mil personas viviendo en las diferentes comunidades de la ciudad maravillosa.
Con el paso del tiempo – principalmente debido a la extrema pobreza de los habitantes de estas favelas y al hecho de que la policía no entraba en ninguna de las muchas comunidades – la delincuencia creció más y más.
Las primeras organizaciones delictivas nacieron en el decenio de 1960. Uno en particular, el Comando Vermelho – conocido por cualquiera que sepa qué son las favelas – encontró su criadero en una prisión de máxima seguridad en las afueras de Río de Janeiro.
El nacimiento del Comando Vermelho marca un momento de transición en la historia de la delincuencia en Río: por primera vez ya no se habla de delincuencia callejera, sino de delincuencia organizada que gira principalmente en torno al tráfico de drogas.
Hoy en día, el Comando Vermelho consiste en una estructura jerárquica precisa, aunque no demasiado vertical como en Italia, por ejemplo.
Una de las diferencias abismales entre las favelas de Río y los peores barrios de Nápoles es que la policía de Río es corrupta en la mayoría de los casos. Así que la pregunta surge espontáneamente: “¿A quién recorrer para denunciar el crimen? ¿En quién se puede confiar?”
Antes de comenzar mi reportaje en la favela Santa Marta creía que la pacificación de las favelas era un beneficio para los habitantes de las diferentes comunidades. Pero en realidad me equivocaba, la policía no siempre es el héroe de la historia.
¿Qué son las favelas? ¿Las comunidades de Río de Janeiro son realmente tan peligrosas? ¿Quién es el verdadero malo de la película?
Mientras entrevistaba a mi gran amiga “A Baiana”, una mujer encantadora originaria de Salvador de Bahía pero que vive en Río desde hace más de 30 años, me di cuenta de que la policía no ha ayudado mucho a la gente que vive en las favelas. La verdad es que la UPP (Unidade de Policia Pacificadora) sólo ha mejorado la imagen de la ciudad desde el exterior.
«Cuando la policía entró en la favela cada día significaba muerte y destrucción, vivíamos atrapados en el miedo. Antes de que llegaran vivíamos bien, la policía sólo empeoró las cosas. Abusaron de su poder y continúan haciéndolo. No fue una pacificación sino una ocupación, los queremos fuera de aquí», me contó la Baiana con voz temblorosa y lágrimas en los ojos.
La incursión en las favelas a través de la UPP en 2008
El 2008 fue el año de la puesta en marcha de la pacificación de las favelas a través de la UPP (Unidade de Policia Pacificadora). La primera favela que se pacificó fue la de Santa Marta, situada al sur de la ciudad, en el barrio de Botafogo.
Las favelas de la zona sur de Río – incluyendo Santa Marta – fueron las áreas más consideradas por la UPP, pero ciertamente no fue por casualidad.
En vista de la Copa Mundial de Fútbol y los Juegos Olímpicos, el Gobierno necesitaba redimir la imagen de los barrios involucrados en los eventos mencionados. De hecho, para los que no lo sabían, la zona sur está formada por los barrios más céntricos y turísticos de Río, incluyendo Copacabana, Ipanema, Leblon y Botafogo.
¿Cual era el verdadero objetivo del Gobierno?
El objetivo del Gobierno era asegurar la protección de las “zonas importantes” de la ciudad. En realidad nadie pensó en los habitantes de las favelas. ¿Para qué? Si la especulación económica era todo lo que importaba.
¿Qué hubiera pasado si los turistas que llegaban a Río para los Juegos Olímpicos se hubieran encontrado en medio de un tiroteo? Había que cuidar la imagen de la ciudad, que ya está bastante denigrada. Precisamente por esta razón no había tiempo para pensar en el hecho de que las pacificaciones llevarían a la muerte, el abuso y la violencia dentro de las favelas. ¿A quién le importan los pobres?
Me gustaría destacar que no se trata de una opinión personal, sino de la realidad de los hechos.
Tras la violencia policial en las favelas de Río de Janeiro desde los años 90, en mayo de 2017, la Corte Interamericana de Derechos Humanos condenó a Brasil por graves violaciones de los derechos humanos.
He hablado con varias personas en la favela Santa Marta, y nadie lo ha olvidado, esas personas no están dispuestas a perdonar.
Es precisamente por eso que la gente de la favela no está dispuesta a denunciar las actividades criminales y a cooperar con la policía.
Y aquí surge la pregunta: “Pero entonces, ¿Quién es el verdadero delincuente?”
¿Los jóvenes delincuentes de la favela son mala gente?
Quiero contaros la historia de uno de los chicos que conocí cuando vivía en la Favela de Santa Marta.
Celso es un chico de 25 años que siempre ha vivido en la comunidad de Santa Marta con su madre y sus 9 hermanos. Hoy en día Celso trabaja, tiene una vida normal y no quiere saber más sobre el crimen.
He conocido a este chico en varias ocasiones, y es una persona increíble siempre dispuesto a ayudar a los demás. Pero Celso tiene un pasado que lo persigue.
Los jóvenes delincuentes de las favelas de Río de Janeiro: la historia de Celso
Durante varios años Celso formó parte del crimen organizado de Río de Janeiro. No se jacta de ello, pero dice que no se arrepiente.
Cuando Celso llegó a casa, en un día de verano cualquiera, vio a su madre llorando desesperadamente porque no había podido comprar la cena para todos sus hijos.
En ese momento, Celso, cansado de ver a su madre trabajando como una loca para conseguir pocos centavos al mes a cambio, decidió que tenía que hacer algo para ayudar a su familia.
Así que empezó a trabajar en el crimen hasta el día en que decidió que esa vida ya no era para él. Hoy Celso logró encontrar un trabajo honesto para mantenerse y ayudar a su familia a sobrevivir. Pero, desafortunadamente, no todos tienen la misma “suerte” que él.
Celso es el hijo de una mujer fuerte y valiente que ha criado a sus hijos completamente sola.
La baiana, esa hermosa alma que mencioné antes, crió 9 hijos sola después de echar a su marido de casa, ya que él la había engañado con su mejor amiga en su propia cama mientras ella estaba trabajando.
Podría haberle perdonado, pero prefirió eliminar de su vida a las personas que la habían hecho sufrir. Así que decidió criar a sus hijos por su cuenta sin la ayuda de nadie.
La Baiana no sabe leer ni escribir y, sin embargo, nunca se rindió. En el momento en que me dijo que era analfabeta, en mi mente pensé que esta mujer tenía más 10 años menos que mi madre – por lo que todavía es muy joven – y sin embargo no había tenido acceso a ningún tipo de educación.
¿Qué son las favelas? La verdad sobre los chicos que roban a los turistas en Copacabana
En la entrevista a la Baiana le pedí su opinión sobre los chicos que roban a los turistas en los famosos barrios de Copacabana e Ipanema.
Vi una vacilación en sus ojos. Ella hubiera querido decirme que robar es una acción incorrecta y que nadie merece ser robado. Pero ella fue sincera, y me dijo que los habitantes de las favelas están abandonados a su suerte. Añadió que los niños que roban a los turistas lo hacen muy a menudo porque no tienen otra opción. En ese momento empezó a llorar, y me dijo que su propio hijo, Celso, había llevado ese tipo de vida durante varios años y que nunca lo detuvo porque necesitaba ese dinero.
«Quiero lo mejor para mis hijos. Quiero verlos estudiar, quiero darles un futuro decente. Me gustaría que tuvieran un buen trabajo, pero hoy en día no se puede trabajar en una pequeña tienda sin un título. Entonces, siendo negro y viniendo de la favela, la gente tiene prejuicios y nadie nos toma en consideración. Así que no, no me enfadé con mi hijo cuando descubrí que trabajaba para el crimen. Yo tenía niños pequeños en ese momento, y no podía permitirme el lujo de verlos llorar de hambre».
Quién roba a los turistas no lo hace por el simple gusto de hacerlo
El problema de los asaltos y robos en las zonas turísticas de Río es alarmante y no quiero ni puedo justificar a nadie. A pesar de ello, me gustaría destacar que los que saben lo que son las favelas también saben que el crimen en Río es un crimen “obligatorio”, porque los que roban no lo hacen por el simple gusto de hacerlo.
Hoy en día, Brasil, junto con Venezuela, es el país con la tasa de pobreza más alta de toda América Latina.
Aquí la gente tiene hambre y, cuando nos roban un móvil o un reloj, probablemente con ese dinero compran comida durante un mes. No es como aquí, que muchos – pero obviamente no todos – roban por el simple placer de hacerlo y por el famoso “dinero fácil”.
Los que saben lo que son las favelas saben que la pobreza de sus habitantes es un grave problema que el gobierno debe resolver lo antes posible. Estas personas tienen hambre y, aunque quieran trabajar honestamente, no pueden hacerlo porque no hay trabajo para ellos. Para ellos no hay esperanza ni futuro, aunque sean increíblemente desinteresados, amables y siempre dispuestos a ayudarte.
He cenado y bebido muchas veces en la casa de la Baiana. Ella nunca quiso un centavo, y cuando intentaba ofrecerle dinero se ofendía.
¿Por qué todos deberían visitar una favela de Rio de Janeiro?
Entrar en una favela no significa necesariamente ir a lo que se conoce como un safari humano. Por supuesto, si empiezas a tomar fotos de casas o personas sin su permiso es una violación de la privacidad y sobre todo es de mal gusto.
Pero entrar en una favela -sólo acompañado por un local- para conocer a la gente que vive allí, entender lo que realmente son las favelas y tener una visión más amplia de las cosas, puede ser una experiencia increíblemente constructiva. Si estás interesado en una experiencia así, puedes enviarme un mensaje en mi página de Facebook o en mi perfil de Instagram para organizar un tour con Celso en la favela de Santa Marta.
Qué son las favelas: ¿Cuál es el objetivo principal de mi reportaje?
En Río de Janeiro nadie mata a un turista que entra en una favela, y quiero que esto quede bien claro. A un habitante de una favela no le interesa y sobre todo no le conviene apuntar con un arma y disparar a un turista sólo por el simple gusto de hacerlo.
El propósito principal de mi reportaje es que la gente entienda que los habitantes de las favelas no son mala gente. El chico que te roba los pendientes o te quita el reloj de la muñeca en Ipanema no es una mala persona. Lo más probable es que sea un chico de una familia que ni siquiera tiene dinero para comprar un pedazo de pan, como Celso.
Y con esto no quiero decir que merezcas ser robado, sólo digo que si quieres visitar Río de Janeiro de forma segura es mejor dejar el reloj en casa y el móvil en el bolsillo, para evitar incidentes desagradables como un robo.
No tengas miedo de visitar Rio de Janeiro
Río de Janeiro es una ciudad mágica y, de hecho, no es una casualidad si la llaman “a cidade maravilhosa“.
No le tengas miedo, visítala teniendo en cuenta los problemas que la afligen diariamente y toma las precauciones adecuadas.
Algunos dicen que Rio de Janeiro no les ha gustado, pero solo porque han sufrido un robo o han sido testigos de algún acto de violencia. La mayoría de la gente, después de visitar la ciudad por primera vez, siempre quiere volver.
La culpa no es de los niños que roban a los turistas, sino es del gobierno corrupto que no sabe manejarlo.
Nunca me robaron en Río, hasta hace un par de semanas que me asaltaron en Barra da Tijuca, uno de los barrios más ricos de la ciudad. Eran las 7 de la mañana, volvía a casa de una fiesta. Mientras caminaba escuché a dos niños, que debían tener 15 años cada uno, gritarme en la cara diciendo “dame el bolso o te mataré”. Ninguno de ellos estaba armado, pero aún así les di el bolso sin quejarme.Después de eso corrí atrás del chico que me había quitado el bolso porque acababa de subirse a un autobús. Detuve el autobús y le dije al conductor que el chico me había robado. En ese momento varias personas del autobús le dieron una paliza.
Puede parecer mentira, pero me sentí culpable. Sentí pena por ese chico, porque no es su culpa, ellos no tienen otra opción.
En resumen: no debería haber caminado por esa calle desierta a las 7:00 de la mañana. Aunque fuera una caminata de 10 minutos, debería haber cogido un Uber. Siempre hay que coger un Uber en Río de Janeiro cuando amanece y la ciudad está desierta.
Ese chico podría haber sido Celso. El mismo Celso que nunca me cobra nada por galantería. El mismo Celso que me ayudó como si me conociera de toda la vida en un momento muy difícil de mi vida.
La realidad de Río es difícil de entender, pero os aseguro que os enamoraréis perdidamente de ella.
“Al juzgar cualquier comportamiento también juzgamos una forma de ser, de la que es una manifestación, pero de la que nadie es realmente responsable.” – Vannuccio Barbaro
The Comments
Ely
Muchas gracias Licia , por tan Bello reportage me transporte a Brazil,siempre Ema llamado la atención el portugués y también ese país de gente cálida y alegre. A sido una sorpresa ver esas favelas , ya q siempre escuche pero nunca vi una hasta el momento. ME DUELE EN EL ALMA EL VER TANTO PORENCIAL DE LA HIMANIDAD . SEGADO MANIPULADO Y PUESTO EN LO MÁS BAJO EN CONVIOR.DEESTO SEALIMENTAN LASPOENCIASY SI TAN SOLO LLEGARA LAVERDADDE LALUZY EL PODERQ TENEMOSEN UNA CONCIENCIA ELEVADA Y UNIÓN TOTAL.SERÍA EXTRAORDINARIO TRNASFORMAR TODOEN LIZ AMOR Y PROSPERIDAD ALA MAYOR POTENCIA.
Lucia
ElyHola Ely! Muchas gracias por tu comentario 🙂 Tienes toda la razón, ojalá pudiésemos hacer algo para transformar este mundo!